Lucky star
un cuaderno llega a mis pies
enterrado entre raíces
a medio escribir
caligrafía extraño
amodorro hojas
mi camino
pasadizos
que no cubren del todo
el firmamento
me sujeta
para esbozar las primeras letras
de un alfabeto personal
se extravía
anoto desliado
en brisa y cantos
quejidos del paisaje pensamientos
y el sonido de las primeras notas
de las que he dejado registro
agradecido estoy de mi fortuna
que deshoja tréboles
en mi cabeza de mármol
bruñido
por manos ásperas
sin embargo la transmigración
trae consecuencias:
no solo el entumecimiento del cuerpo
también mucha sed
estos signos
entremezclan
talentos que olvidé
y los ruines talentos de la posteridad
el pasto crecido
se eriza hacia octubre
rezo
gracias ángel de borla azul
aunque no han hecho contacto con tu faz
mis ojos
Canto despacio (escondido bajo la mesa del comedor)
en memoria de Marcel
el orbe
yo
pero los animales también comen basura
la sombra
de su cola en el doblez de la pared
que imaginé
o tal vez vi
si me golpea el resplandor
amilano tomar piedras
verlas convertidas en aldabas
contra la perla cárnica
un hueso la pez
nuestra:
días adrede oscurecidos
las puntas del cabello floreando órganos
que se prenden a las trenzas
en los caminos
dedos
cardenales incipientes
bajo las uñas
en mis sueños es verano
voy a brincos supersticiosos
me quieren guiar no sé dónde
congregaciones de hongos suavizan mi andar
a cientos de kilómetros
yo
el orbe
pero el ladrido oculto
asusta de nuevo al pasar
Mamá por qué me miran los fenómenos
para Vicente León
escuchábamos blackstar una noche
sentí allí
clavada a nuestra espalda
vicente
el ala crisálida
tiritando
ecos de palpitación
de luces bajas
inmersión blancuras
ojo de insecto
ojo iniciado
tímida luz
revuelve cabellos
cuya humedad me amadrina
reconocer mares que se creyeron perdidos
palparme
martes 3:00 am
el mediodía que solíamos
cubro con mi capa de púrpura
la perla que asoma en la curva interior
de nuestro omóplato felino
suaves hilos de seda
sanarán la herida producto del brote
espontáneo de las primeras plumas
Príncipe soñó
nubarrones en torno
a la sien al talón
tú sostenías
raíces como guaguas
el tiempo avanzaba
sin entendimiento posible
los restos producidos
por el abandono de la carne
arrasan el ruego de la luz
y jamás negaría
¡lo lamento
lo lamento
lo lamento!
su potestad mayor
me empuja me
azota atrevida
después otros
de azul indistinguible
preguntan
por las recamas
en mi esclerótica todo eso
que sabes la fluctuación de la sangre
a la noche
esa sección de metraje
de bugambilias que imaginé
que esbozaste
trae memorias de atraso
de relajamiento temporal
pero estrella de los fondos
crecían tus brazos
serpenteándome
como no poder dormir dolía
mi agitación
la suya la del océano negro
mis vahos respiraba
mi sueño atragantado
las esquinas de los muebles o de los techos
o del cielorraso
son la cama
que se lleva mi muslo iracunda
manchada en su ardor celeste
repentino ventanal que traspasa
el embozo
este girar
más cerca
de adentro
para llegar a la quietud
y olvidarlo con cuidado